Me gusta tu sonrisa tímida que sale de tus labios al recordar mis ojos.
Me éxito tu piel, tu imperfecta piel, tu brillante piel.
Me encantan tus dientes que a veces se asoman al verme pero solo a veces.
Estoy enamorada de tu voz y de la mía al pronunciar tu nombre,
Me enloquece tu aroma, tan dulce, adictivo, hipnótico, me enloquece cada mañana al
despertar con el.

Hoy sonrió por tu presencia, por tu silueta que ven mis ojos, por tus besos que siente
mi cuerpo.
Hoy agradecí a Dios por tu llegada y recite en gritos cuanto me gustas, me exista, me
encantas, me enamoras y me enloqueces.
Y en medio de mi oración abrí los ojos, ya no estas, te has ido y con lágrimas volví a
hablar con Dios...

Me enloquece no verte, que mis ojos no recorran tu silueta y no observen tus labios.
Me deprime tú partida, tu distancia, los centímetros de tu cuerpo que no está junto al
mío.
Lloro, lloro y lloraré por tu voz que ya no escucho, tu maldita voz que se grabó en mi
cuerpo diciendo te amo
Y más que todo estoy odiando tu ausencia, soñando con tu olor.
La tristeza se siente en mis labios cuando digo “te extraño”.
La rabia en mis ojos al no verte, el dolor en mis manos por no tocarte, por no
acariciarte, por no ser parte de todas tus mañanas.
Y más que todo recuerdo tu amor, el que dejaste sentado en mi sillón.

Jazmín Villa

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