De repente abrí los ojos y estoy tirado en el asfalto de una ruidosa avenida,

gente corriendo, autos escandalosos

y alguien en un sonido anunciando no sé qué.

Todo el cuerpo me duele,

es un dolor como si me hubiera caído de la copa de algún árbol,

no recuerdo que paso ni cuánto tiempo estuve así,

mi cuerpo despide un fuerte olor a cerezas,

tengo la boca seca pero un sabor agradable a vino, café y chocolate,

los sabores me penetran,

me duelen las piernas y los brazos, también el culo,

meto la mano a mi pantalón y estoy embarrado de semen y sangre,

la verga me va a estallar, está roja e inflamada.

Busco donde orinar pero no puedo, todo me duele, todo me arde…

no recuerdo que paso, el ruido no cesa,

la cabeza me estalla entre dolor, imágenes borrosas,

fragmentos de canciones y aromas dulces y salados,

sabores recurrentes a sexo y chocolate.

Camino por la avenida tratando de averiguar en donde estoy,

no recuerdo que día es, me detengo en un puesto de periódicos

¡No mames, es dos de agosto!

¿Dónde estuve todos estos días? ¿Por qué estoy tan agotado y adolorido?

Reviso mis bolsas y solo encuentro el corcho de una botella y un cigarro de marihuana,

reviso mi cuerpo,

estoy mordido pero tengo la piel muy suave y limpia…

como si me hubiera bañado,

¿Con quien estuve todos estos días?

Imágenes fugaces de una hermosa luna y de las abundantes copas de los arboles…

Me duele la cabeza, como si tuviera cuernos,

me detengo junto a un poste y empieza a llover

tengo la cara mojada por las gotas y me doy cuenta

de que estoy profundamente triste…

no por no saber donde estuve, sino porque regrese a la realidad.

Gabriela González

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